El deporte transmite unos valores muy positivos. En mi caso, como padre, siempre he querido que mi hijo jugase al fútbol. El pensamiento de ver a mi pequeño en un futuro como jugador profesional me encantaría, pero realmente, es algo muy complicado y no es un camino fácil. Por lo que me interesa es porque a un niño el jugar en un equipo le “despierta” y es de gran utilidad para su vida futura.