Cómo ahorrar dinero en la comunidad de vecinos

Uno de los gastos más fuertes que tenemos que hacer todos los meses si somos los propietarios de una vivienda o de un local o garaje es el pago de recibo de la comunidad de vecinos. Es todo un dolor que en más de una ocasión supera la cuantía de los que pagamos en casa por la luz, el gas o el teléfono. Y es que la este recibo engloba muchísimos gastos, desde la limpieza del edificio hasta su mantenimiento y pasando por la portería, el agua caliente o la calefacción central en caso de tenerla centralizada, la luz, la seguridad o cualquier otra derrama, entre otras muchas cosas.

Desde este artículo, queremos proponeros una serie de medidas para que estas facturas sean de una menor cuantía. No olvidéis que como vecinos que sois podéis pedir las cuentas de la comunidad en cualquier momento para sugerir nuevas medidas de contención del gasto, pero también podéis aprovechar vuestra etapa como presidentes o secretarios para dejar vuestra impronta ahorrativa que a buen seguro que vuestros vecinos agradecerán.

– Olvidaos de contar con la ayuda de un administrador de fincas. Este tipo de asesorías cobran por su trabajo, al igual que todo el mundo, y no es nada barato. Aunque son bastante útiles y nos ayudan a salir de muchos problemas que no sabemos gestionar, lo cierto es que suponen un gasto innecesario, especialmente para las pequeñas comunidades de vecinos. Para los meses habituales en los que simplemente tenemos que gestionar las facturas corrientes con la luz o la limpieza, con un poco de atención y orden podemos hacerlo nosotros mismos. Lo mejor es conocer a un buen asesor del que echar mano puntualmente cuando necesitemos otro tipo de papeleos.

–  Es conveniente que alguien, bien el presidente o alguno de los vecinos que entienda un poco o esté interesado en ese tipo de temas, esté al tanto, al menos un par de veces al año, de las posibles ayudas que se pueden solicitar a los organismos públicos. Por ejemplo, en el caso de instalar un ascensor en un edificio antiguo, el ahorro contando con este tipo de ayudas puede ser muy considerable. Para que nos hagamos una idea, para un edificio de ocho familias, cada familia podría contar con un aporte de unos 5.000 por parte de la comunidad autónoma. También podemos encontrar ayudas para otro tipo de arreglos en fachadas o en el tejado o en el cambio de las instalaciones del gas, por ejemplo.

–  Para ahorrar en la factura de la luz, es importante que todos los vecinos se conciencien. Hay luces fijas, aquellas que no se apagan solas. El uso tiene que ser limitado y consciente, si uno las enciende ha de ser responsable de apagarlas en cuanto no se necesiten. Otro tipo de luces, como las que sí se apagan solas, no siempre es necesario que estén encendidas y a veces es suficiente con el aporte de la luz natural que llega con las ventanas para ver. El ascensor es también otro de los gastos mayores en cuanto a términos de luz. Pues cada vecino ha de ser responsable de su uso. Si uno no tiene impedimentos físicos, no es necesario bajar en él desde un primer piso a no ser que se vaya cargado. Además, estaremos llevando un estilo de vida más saludable. Por otro lado, si tenemos más de un ascensor, basta con llamar a uno, no a todos a la vez. En este sentido, es bueno encargar también un estudio de consumos, ya que quizás hay más potencia de luz contratada de la que realmente se necesita. Y el verdadero gasto de estas facturas no se va en el consumo hecho por los vecinos, sino que se destina a pagar los gastos fijos.

– Es importante también que cuando haya derramas no nos conformemos con el presupuesto que nos den. Hay que preguntar y preguntar hasta la saciedad para encontrar precios más bajos pero que no mermen la calidad del servicio. Esto es posible y muy recomendable.

– El portero es otra de las figuras que ya son menos necesarias en la vida de una comunidad, especialmente gracias al portero automático. Y si lo tenemos o no queremos prescindir de él por razones de seguridad o de comodidad, debemos exprimir al máximo sus tareas. A la hora de hacer la selección de personal, es importante que pidamos que sepas hacer ciertas tareas de mantenimiento de la comunidad. Nos saldrá más económico a la larga comprar un banco de trabajo como los que venden en Maquinaria Madera y diferentes herramientas que tener que contratar a algún manitas cada vez que nos surja algo en la comunidad. De hecho, podemos incluir en su contrato que durante sus horas de trabajo ayude también en pequeños arreglos en las casas, como cambiar luces o echarnos una mano para instalar algún electrodoméstico. En caso de que los demás vecinos no quieran deshacerse de este servicio, se puede proponer también el externalizarlo a empresas que llevan a cabo estos trabajos. De esta forma el coste será menor, ya que, entre otras cosas, no tendremos que pagar nosotros a la Seguridad Social ni indemnizar al trabajador en caso de baja o despido.

–          Comparar las facturas es clave, especialmente si antes la comunidad estaba en manos de un administrador, ya que el dinero de las reparaciones y los suministros no salía de su bolsillo y probablemente no elegía el más barato.

–          En cuanto a la limpieza, se puede proponer que cierto día de la semana cada uno de los vecinos limpie el rellano de su piso. Si hay varios vecinos por planta, apenas nos tocará una vez al mes, aproximadamente, y el dinero que ahorraremos será bastante considerable.

–          Si tenemos jardín, podemos cambiar el césped natural por el artificial. Aunque al principio sea una derrama importante, a la larga habremos ahorrado dinero en agua y mantenimiento.

–          Es importante comparar también los seguros que tiene el edificio y revisar si estos son de verdadera utilidad, ya que por ahí se fuga gran parte del presupuesto.

–          Si la comunidad de vecinos ha contraído alguna deuda o préstamo, es conveniente que se amortice lo más rápido posible para evitar pagar una mayor cantidad en concepto de intereses.

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