¿Dónde alquilar una casa?

Cuando llegamos a ciertas edades de nuestra vida, comenzamos a pensar en que ya va siendo hora de buscar nuestro sitio en el mundo. Y, cuando eso ocurre, empezamos a pensar en mil sitios distintos donde poder alquiler una casa y poder sentirnos realizados.

Porque, seamos sinceros: cuando uno va en busca de una casa, lo hace pensando en tenerla en el sitio de sus sueños, en ese sitio que le hace temblar el alma y acelerar el corazón. Pero ¿hasta qué punto ese sitio donde siempre has soñado vivir es bueno para ti? ¿Hasta qué punto has de sacrificar tu salud para ir a vivir al lugar que más te gusta?

Hemos de pensar en muchas cosas al alquilar una casa… y nuestra salud es una de ellas.

 

El terrible dilema del lugar donde alquilar una casa para vivir

No vamos a hablar de la terrible dificultad que existe en poder acceder a una vivienda de alquiler, ya sea a un particular o a una inmobiliaria (contrato de trabajo, avalista, un mínimo absurdo mensual de salario, dos riñones y un unicornio), sino a otras cuestiones que las personas, normalmente, suelen pasar por alto hasta que ya es demasiado tarde.

Por ejemplo, hablamos del tema salud, del tema sociedad o del tema comunicación, que son en los tres factores en los que nos vamos a centrar en el artículo de hoy.

Muchas veces nos precipitamos al alquilar una vivienda. ¡Os lo digo yo, que me he equivocado ya tres veces! Estamos tan desesperados por poder irnos de casa (o del sitio actual e insostenible donde nos encontramos ahora mismo) que nos agarramos como un clavo ardiendo a la mínima oportunidad factible que se nos presenta y no existe Dios o humano sobre la Tierra que nos pueda hacer cambiar de idea.

Y la mayoría de nosotros, ansiosos por conseguir una casa, obviamos cosas super evidentes que, en el caso de que acompañásemos a otra persona a alquilar una casa en lugar de que esta fuese para nosotros, ¡nos daríamos cuenta al instante! Porque cuando es para otra persona no nos dejamos llevar la ansiedad, los problemas ni la angustia, somos capaces de observar con ojos críticos sin caer en esas emociones tan perjudiciales. Sin embargo, cuando estamos en busca y captura de una casa para alquilar para nosotros… estos sentimientos pueden interponerse y causarnos una mala pasada que, a la larga, puede costarnos problemas de salud y una pérdida importante de dinero.

Déjame darte algunos ejemplos de lo que me refiero cuando hablo de esto.

Santiago de Compostela, junto al río Sar. Alquilé una casita a una mujer que me la dejaba en 300€ con agua incluida. ¡Un chollo, ¿verdad?! Error… Estaba tan desesperada porque al día siguiente me quedaba en la calle que no me fijé en todas aquellas cosas que podían poder en peligro mi vida: la lavadora (en el cuarto de baño) no tenía toma de tierra, el cable de plástico de los fogones pasaban por detrás del horno, la casa tenía el acabado de las paredes mal y se colaban los bichos cada dos por tres por todas partes… Ha sido, en todos los sentidos de la palabra, la peor casa que he alquilado en mi vida. ¡Y nunca jamás volveré a caer en ese peligroso error!

Por ello, vamos a daros algunos consejos que debéis tener en cuenta a la hora de alquilar una casa. Pero ya no por este tipo de temas… sino por otros que siempre solemos pasar todos por alto, aunque no nos demos ni cuenta.

Desde Nordicway – Real Estate nos comentan que, antes de plantearnos aceptar una sola de las opciones que encontremos y que se adapten a nuestras necesidades, recordemos que hemos de realizar una comparativa y una búsqueda profunda de lo que necesitamos. Porque, aunque a veces encontremos una casa de primera que parezca responder a nuestras exigencias, tal vez, a la larga, no sea oro todo lo que reluce. A mayor opciones tengamos para decidirnos, mucho mejor para nosotros.

 

Primero y más importante, alquilar pensando en la salud

Obviando todos esos problemas de humedades, fallos eléctricos, escasa luminosidad y horrorosos vecinos a los que nos podemos enfrentar, yo voy a hablaros de otro tipo diferente de riesgos para la salud.

¿Sabes que existen enfermedades que empeoran con la humedad?

Lo descubrí cuando vine a Galicia a vivir con una amiga de la infancia que padece linfedema. Esta chica, que tiene, además, síndrome de Turner, mide menos de metro y medio y pesaba 130 kilos en aquel entonces, no pudo tomar peor elección que irse a una parte de España tan húmeda, fría y lluviosa.

Su enfermedad empeoró a tal extremo que, un día, volviendo a casa, empezó a encontrarse mal. Y, de una hora para otra, empezó a ponerse muy pálida y se le pusieron moradísimos los labios. Acabó en el hospital y vomitando, porque se le estaba empeorando el oxígeno en sangre.

A los días se marchó a Cádiz, nuestra tierra, y, desde entonces, todo le fue mucho mejor: ha adelgazado hasta llegar a los 80 kilos, su linfedema ha disminuido y toda su salud en general ha mejorado muchísimo.

Existen factores externos en la ubicación de una ciudad que tenemos que tener muy en cuenta todas aquellas personas que suframos de ciertas enfermedades, porque es algo que no suele afectar a demasiadas personas pero que, cuando lo hace, puede ser peligroso para una persona que ya está enferma. Vamos a verlos uno a uno, para que los tengas en cuenta cuando vamos a alquilar una casa en otra zona que no es nuestra ubicación habitual:

 

-Lugares donde el estrés influencian más que de costumbre.

Si, de por sí, somos personas que ya padecemos de trastornos de estrés o de ansiedad, existen ciertas ciudades que tendrás que evitar. Las personas con estrés necesitan tranquilidad, calma, tal vez incluso naturaleza. Por ello, ir a grandes ciudades (como Madrid) o a sitios muy, muy turísticos y ruidosos (como Barcelona) puede que no sea una buena idea para ti.

 

Otro factor importante a tener en cuenta es la climatología del lugar.

A todos nos encantaría vivir en sitios como La Palma de Gran Canaria, esas islas paradisíacas donde todo son playas de arena blanca y donde casi todos los días del año son verano. De hecho, muchos la asimilamos al paraíso en la Tierra. A los más aventureros y rústicos, nos encantan sitios como el norte de España, donde todos son pueblos de campo, tranquilos y rupestres, con paisajes espectaculares y con huertos propios.

¿Qué ocurre? Que no toda persona puede vivir en el sol, ni toda persona puede carecer de él a gran escala, como ocurre en el norte de España.

Mi esposo, por ejemplo, es un claro ejemplo de lo que le ocurre a una persona cuando no puede dejar de tomar el sol. Él sufre de migrañas a menudo, y, cuando no toma el sol con regularidad, su vitamina D desciende con brutalidad y se pone en mínimos altamente peligrosos para su salud. En consecuencia, lugares como Galicia, donde no da el sol, le provocan migrañas constantes. Así pues, él no puede vivir aquí.

 

Segundo factor, la sociedad

Aquí viene donde te pregunto: ¿eres una persona sociable, o eres de las que prefieren ir a su bola y no hablar con nadie? ¿Te gusta estar siempre con otras personas, o prefieres la soledad y estar aislado del mundo?

Si eres una persona sociable, tal vez de venga bien buscar una casa donde las personas sean amables, donde haya mucha conversación o donde haya una gran afluencia de turistas al año, como lo es en Santiago de Compostela.

Si, por el contrario, eres más bien solitario, tal vez te compense más irte a un pueblo aislado donde puedas moverte cuando quieras con tu coche, pero donde nadie te moleste ni te fuerce a tener que relacionarte con los demás.

Muchos de nosotros olvidamos a menudo que este factor es realmente muy, muy importante para nuestra salud mental, pero yo misma he sufrido en primera plana lo que es tener vecinos que den mucho el coñazo y desear irme a una casa perdida de la mano de Dios donde nadie me encuentre.

¡Tenlo tú también en cuenta!

 

Tercero y último, pero no menos importante: la comunicación.

¿Te gustaría irte a 1000km de tu casa y no poder ver a tu familia en seis meses porque los trenes o los autobuses son demasiado caros como para poder ir, al menos, una vez al mes? ¿Te gustaría, por ejemplo, irte a un pueblo perdido en las montañas sin coche y no poder salir de ese sitio para ver a nadie?

Que el lugar donde vivas tenga una correcta comunicación con el resto del mundo es, también, algo a tener muy en cuenta. Por suerte, el Gobierno de España empieza a pensar también que tener que viajar de un punto del país a otro constantemente no es barato para el bolsillo, dado nuestro salario, y ha comenzado a sacar bonos y ayudas de RENFE y de autobuses de los que podemos beneficiarnos.

A nadie le gusta estar solo y aislado del resto de la familia, pero que te guste vivir en un sitio concreto, a mil kilómetros de tu familia, no quiere decir que no puedas verlos usando esas ayudas. En cambio, si ves que no vas a tener opciones para poder visitarlo a menudo, tal vez deberías pensar si es lo que realmente quieres, porque el distanciamiento duele. Y duele mucho, si eres una persona familiar.

 

¿Y tú, dónde quieres vivir?

Contempla lo que te he explicado, y recuerda que una casa es mucho más que el tema de humedades, luminosidad y espacio. Los factores salud, sociedad y comunicación también son muy importantes a la hora de buscar una vivienda.

Yo sé cuáles son mis prioridades. ¿Y tú?

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