El arbitraje es un recurso muy efectivo ya que nos permite resolver una variedad de controversias, de manera definitiva y mediante un laudo arbitral. Además de que se trata de un proceso ágil y con la asesoría de árbitros expertos. No obstante, hay muchas más razones para optar por esta herramienta, las cuales te comentaremos a continuación.
¿Qué es el arbitraje?
Lo primero que debes saber es de que se trata el arbitraje y todo lo que implica. Así, esta herramienta permite someter alguna controversia, previo acuerdo de las partes involucradas, ante la resolución de un árbitro o un tribunal de varios árbitros. De esta forma, se obtendrá un fallo dentro de un procedimiento totalmente privado y sin necesidad de tener que comenzar un litigio ante un tribunal. Sus principales características son:
- El arbitraje es consensual
Uno de los requisitos del arbitraje es que solo puede llevarse a cabo solo si ambas partes implicadas en el problema están de acuerdo, por lo que se vuelve un proceso totalmente consensual.
Así, en el caso de que pueda haber una controversia a futuro, las partes deberán incluir en el contrato en común una cláusula de arbitraje para optar a ella en estos casos; o en caso de no haberlo hecho a tiempo, se puede firmar un acuerdo de sometimiento a arbitraje entre ambas partes.
- El arbitraje es neutral
Para que el proceso sea totalmente neutral, el arbitraje le permite a ambas partes seleccionar los árbitros de la nacionalidad, idioma y características que mejor crean apropiadas para evaluar la controversia; además de que también pueden elegir el lugar en el que se dará a lugar el proceso. De esta forma se garantiza que ninguna de las partes guarde ventaja sobre la otra.
- El arbitraje es un procedimiento confidencial
El Reglamento de Arbitraje de la OMPI es muy estricto en cuanto a la confidencialidad de los procesos de arbitraje. Por ejemplo, hay algunos casos en los que el reglamento restringe la divulgación y el acceso a secretos comerciales u otra información confidencial que se esté presentando ante tribunal arbitral como parte del caso que se está evaluando.
- La decisión es definitiva
La resolución que pueda emitir el árbitro o tribunal de árbitros deberá ser ejecutada de forma inmediata, incluso en las instancias internacionales, y solo salvo algunos casos contenidos en el estatuto encargado de regular dicha práctica.
- Las partes seleccionan al árbitro
Como dijimos anteriormente, las partes involucradas en el conflicto podrán escoger a los árbitros encargados de llevar el proceso, de forma que estos cumplan con alguna característica especial (ya sea de idioma o conocimientos) y que no implique una ventaja para una de las partes.
Según el reglamento en materia, cada parte seleccionará a un árbitro involucrado y luego, estos seleccionarán a un tercer árbitro que hará el papel de árbitro presidente. Otra posibilidad es que el Centro de árbitros encargado del proceso proponga árbitros en función de las características requeridas para la resolución del problema. Esto es especialmente útil, ya que estos centros poseen una gran base de datos sobre árbitros, en donde las partes podrán encontrar profesionales expertos en variedad de ámbitos y con experiencia probada en la resolución de controversias, incluyendo los aspectos técnicos y jurídicos que pueda implicar el proceso.
¿Por qué acudir al arbitraje?’
Ahora que ya hemos entendido las bases de un proceso de arbitraje, podemos hablar sobre las razones que la hacen una herramienta tan efectiva y recomendada a la hora de resolver un conflicto entre partes.
Es natural que cuando dos partes implicadas en un contrato quieren resolver algún conflicto en cuanto a sus condiciones, cada una buscará los medios y la manera de que se resuelva a su favor o conveniencia ya sea en la fase de enjuiciamiento del asunto, al buscar un fallo favorable de parte de los órganos jurisdiccionales; o ya en la fase de ejecución, por ejemplo en los casos de litigios internacionales, en los que el lugar en el que se lleva a cabo el juicio y la resolución pudiera conseguir luego un conflicto para ejecutar la decisión con facilidad.
En este sentido, la vía de resolución arbitral tiene que tomar en cuenta las circunstancias de ambas partes, por lo que ninguna gozará de ventaja alguna y la resolución podrá aplicarse de inmediato y sin problema para ambas partes. Por esto, es una practica muy recurrida en el campo de la ingeniería y construcción, por mencionar un ejemplo.
No obstante, quizá no es la más adecuada en todos los contextos, ya que los contratos que implican una resolución sobre un préstamo no la consideran la vía más rápida y sencilla para lograr sus cometidos en los plazos necesarios.
Asimismo, la viabilidad de esta herramienta ya será un aspecto a evaluar cuando se plantee la opción del arbitraje, al igual que debe someterse a análisis la elección de todos los elementos implicados que mencionamos anteriormente (árbitros, lugar del arbitraje, idioma, etc.) .
En esos casos en los que el arbitraje no sea considerado el mejor medio para conseguir un fallo, igual se puede decidir resolver algunos aspectos del conflicto de esta manera y otros ante los juzgados y tribunales. Eso sí, siempre poniendo todas las cláusulas del acuerdo por escrito.
¿En qué situaciones se recomienda recurrir al arbitraje?
El Club Español de Arbitraje nos exponen los diferentes conflictos en los que el arbitraje representa la mejor opción para su resolución:
- Para establecer un foro neutral. En aquellas controversias en las que las partes involucradas no puedan ponerse de acuerdo pueden acudir al foro neutral que les ofrece el arbitraje y evitar tener que comparecer ante otro tipo de tribunal. Algunos de los casos más comunes son que una de las partes considere que los órganos jurisdiccionales que evaluarían el caso no están suficientemente desarrollados, van a representar una ventaja para la otra parte o pueden ser poco convenientes por razones logísticas. Otra objeción muy válida suele darse en conflictos de carácter internacional en la que una de las partes no confíe en el régimen jurídico y la cultura del país de la otra.
- Cuando el procedimiento judicial pueda llegar a ser largo y costoso. Si la resolución del conflicto por vía judicial se presenta como un proceso muy largo y costoso, las partes involucradas pueden acordar acudir a un árbitro, el cual les permita flexibilidad en cuanto al momento y lugar para llevar a cabo el proceso, y otros factores de intervención, que la harán una opción mucho más flexible, rápida y atractiva.
- Para garantizar la ejecución de la resolución. En los casos de conflictos internacionales en lo que hay que tomar una decisión en un país diferente a aquel en el que se encuentra el patrimonio de alguna de las partes involucradas, el arbitraje es la mejor opción. Esto porque el proceso toma en cuenta las circunstancias de todos los involucrados y los fallos que se emiten son aplicables de forma inmediata.
- Cuando es importante que el ente encargado en dar un fallo sobre el asunto sea un conocedor de dicho asunto.
- Cuando se desea que la resolución sea firme y vinculante, y no admita ninguna impugnación.
- Cuando se necesite mantener la confidencialidad durante el todo el proceso, incluso restringiéndose información comercial importante para el mismo caso.
¿Cuándo no se recomienda acudir al arbitraje?
Así como es una herramienta muy eficiente en algunos casos, es inteligente conocer aquellos conflictos en los que no será tan eficiente y es mejor explorar otras opciones:
- En el caso de controversias no arbitrables. Algunos regímenes jurídicos regulan los tipos de controversias que pueden optar a arbitraje. Por ejemplo, los convenios arbitrales sobre controversias futuras no son admisibles.
- Cuando una parte no tenga capacidad para suscribir un convenio arbitral. Hay casos en los que algunos Estados u organismos públicos no pueden formar parte de procesos de arbitraje, o al menos no sin una autorización específica.
- Cuando se requieren medidas coercitivas para asegurar el resultado final del procedimiento. Con esto nos referimos a aquellos casos que impliquen medidas cautelares.
- Cuando los tribunales locales imparten justicia de manera eficiente, rápida y poco costosa. En el caso en el que los tribunales a los que se debería someter el conflicto garantizan un proceso de resolución eficiente, rápido y sin costos elevados para las partes. Por ejemplo, sentencias dictadas en procedimientos sumarios sobre deudas líquidas. De hecho, siempre se pide evaluar ambas opciones ya que puede suceder que el proceso de arbitraje salga más caro que comparecer ante la vía judicial. Y es que en la mayoría de los países, los órganos jurisdiccionales ofrecen servicios relativamente baratos.
- Cuando sea probable que una parte vaya a poner obstáculos al proceso de arbitraje.
- Cuando sea probable que el procedimiento judicial vaya a otorgar una determinada ventaja sobre la resolución del conflicto.
- Cuando el procedimiento pueda implicar a más de dos partes.
- Cuando las partes quieran tener derecho de recurso, que la ley podría negarles si optan por resolver el conflicto por medio de un arbitraje.