Al igual que todos y todas hemos invertido una cantidad de tiempo en buscar un lugar que consideramos adecuado para vivir, las empresas, a la hora de constituirse, se lanzan a la búsqueda de un lugar para establecer sus oficinas o sus locales comerciales, lugar que se adapte a las condiciones de ubicación, de economía o de espacio que esperamos encontrar del sitio en el que queremos desarrollarnos, ya sea personal o profesionalmente. Y, como es lógico, para ello no nos conformamos con cualquier cosa. Y es que no debemos hacerlo.
Son muchos los factores que hay que tener en cuenta para valorar si un sitio es idóneo o si, por el contrario, no reúne las características que consideramos suficientes ya sea para vivir o para desempeñar una actividad profesional. En los párrafos que siguen, os vamos a hablar de uno de esos factores, que no es otro que la contaminación acústica. Se trata, sin lugar a dudas, de una de las cuestiones que más nos afectan a la hora de trabajar o de disfrutar de una manera plena de nuestro tiempo libre. Nuestra recomendación es siempre evitar esta contaminación acústica para que así podamos tener una vida feliz y plena.
La contaminación acústica es uno de los problemas principales que se dan en todas aquellas personas que sufren estrés o ansiedad. Es algo que no decimos nosotros sino que dicen muchos expertos en salud de nuestro país. Con esta información en la mano, ya nos contaréis en qué situación puede encontrarse una persona que mientras trabaja está sometida a altas dosis de contaminación acústica. Este es un problema para la psicología de la persona en su productividad, y lo es más todavía porque la mayoría de sus empresas establecen sus oficinas en bloques de edificios del centro de las ciudades, lugares en los que ese peligro del que estamos hablando está más presente y es más dañino.
Una noticia que fue publicada en la página web de Carrión Digital hablaba de la importancia que tiene mantenerse a salvo de la contaminación acústica. En esa misma noticia, se hace referencia a un dato que no queremos perder la oportunidad de transmitiros: y es que el 80% de las viviendas o inmuebles de nuestro país no están bien aislados aunque los niveles de contaminación acústica medios que se registran en España. Y esto, como podéis imaginaros, acarrea una serie de consecuencias que para unas personas serán más difíciles de superar que para otras.
Por regla general, los inmuebles españoles no están preparados para dar protección ante un problema del tamaño de la contaminación acústica, un problema que, además, con el paso de los años es más grave y tiene unas consecuencias peores para la salud de las personas. La consecuencias de esa contaminación acústica se notan entre las personas que residen o trabajan en el centro de las ciudades y por eso son muchas las personas que, preocupadas por la salud de sus empleados, han decidido en los últimos años reforzar las ventanas de sus bloques de oficinas. Así lo cuentan desde Ventanas de PVC Granada.
Más contaminación acústica, menos rendimiento
Hay una relación que es inversamente proporcional y que ha de ser tenida en cuenta cuando un emprendedor evalúa los posibles lugares en los que montar sus oficinas. Hablamos de la relación entre la productividad y la contaminación acústica. Cuando la segunda es mayor, la primera se resiente. Y ya sabemos qué implica que baje la productividad en el entorno laboral. Que nuestras oficinas se encuentren, por tanto, en un lugar en el que ese problema de ruido sea menor es una manera de apostar por una productividad más alta y más fiable.
Algún empresario que lea este artículo dirá que, por razones logísticas o de cualquier otra índole, es conveniente que sus oficinas o su local comercial se encuentren en el centro de una gran ciudad. Y tiene toda la lógica del mundo. Pero si llega ese caso siempre tendremos que tener en cuenta que será necesario reforzar el local en el que nos encontramos para que la incidencia del exceso de ruido afecte en la menor medida posible a todas aquellas personas que componen nuestra entidad.
Lo que está claro es que, por desgracia, un problema como el exceso de ruido va a seguir siendo parte de esta sociedad en la que vivimos. Es verdad que, por ejemplo, los motores de los coches y demás vehículos cada vez son más silenciosos. Pero es que la contaminación acústica también la generamos las propias personas con nuestra voz. Y la verdad es que eso hace completamente imposible que la contaminación acústica desaparezca como por arte de magia de nuestras vidas. No es un problema que vayamos a erradicar así que la mejor opción, la única, es combatirlo.