Hoy en día quien tiene un negocio relacionado con la hostelería conoce la cantidad de normativas sobre seguridad alimentaria que existen. Quien no las conoce, se encuentra totalmente expuesto ante una posible sanción por el incumplimiento de las mismas, por parte de la inspección sanitaria.
Según los datos estadísticos de las inspecciones y auditorías de control sanitario en España que se publican anualmente por el Ministerio de Agricultura Y Pesca. Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), y cuyo objetivo es garantizar la seguridad de los alimentos y la organización de competencias de los controles oficiales, en el año 2015 se incoaron un total de 7.379 expedientes. Esta cifra no tendría más importancia sino fuera porque el 85% de los expedientes realizados dieron lugar a una sanción.
Una mala planificación
Casi el 19% de los problemas detectados apuntaron hacia una mala planificación de la Seguridad Alimentaria. Estos problemas surgen, entre otros, por no llevar un control sobre la trazabilidad de los alimentos; por controles operacionales cuyo diseño y puesta en práctica no se ajusta a las normativas; y por fallos en formación.
Con relativa frecuencia conocemos a alguien que posee una cafetería, un bar o un restaurante. Pues bien, en mi caso, mi padre dirige un restaurante y hace muy poco fue objeto de una inspección sanitaria.
Sorprende la cantidad de controles que realizan los inspectores de sanidad, controles que quizá ni conocemos, debido a la cantidad de normativas de obligado cumplimiento. Uno de esos controles consiste en tomar muestras del material de cocina, por ejemplo: tablas de cortar, sartenes, cuchillos, mesas de trabajo… El objetivo de esos controles no es más que comprobar que están libres de bacterias, así como controlar que en la cocina se llevan a cabo controles sobre la trazabilidad de los alimentos y sobre los posibles riesgos de contaminación de los productos.
En el caso de mi padre, fue sancionado tras la correspondiente apertura de un acta. Según las pruebas realizadas, se hallaron bacterias en las muestras tomadas en las mesas de trabajo, las tablas de cortar y algunos utensilios de uso común, a pesar de que habían sido lavadas y desinfectadas. Aun así, la exactitud y alcance de los controles no permiten la existencia de errores, porque son detectados por la inspección, y en la mayoría de ocasiones sancionados. Falta decir que no dudo de la capacidad de control del responsable de la cocina, ya que en muchas ocasiones he acudido con amigos y en ninguna ocasión ha habido algún indicio que nos haya hecho desconfiar de la higiene o la calidad de la comida. Por lo tanto, ya no basta con una simple limpieza, sino que hace falta un control integral en las cocinas, salones, baños, despensas, neveras y demás lugares donde pueda haber riesgo de contaminación.
Tras la inspección y el estudio de los resultados, fuimos alertados de que los productos de limpieza que eran utilizados no tenían la suficiente capacidad ni fuerza para eliminar todas las bacterias. Buscando productos de limpieza con esos requisitos, y tras preguntar a otros hosteleros, dimos con esta empresa de maquinaria de limpieza profesional, Stocknet, que tiene una amplia gama de productos desinfectantes tanto para la hostelería como para el uso doméstico. Además, ofrece productos de limpieza que complementan a los productos desinfectantes, así como útiles de limpieza. Aunque lo que más sorprende es su gama de productos ecológicos, sin duda un avance hoy en día.
Cabe decir que actualmente las dudas de volver a ser sancionados ante una inspección han sido disipadas, ya que tras los controles internos que se realizan en los utensilios y superficies mencionados, y la confianza de tener unos productos que realmente se adaptan a las necesidades que se necesitan en un restaurante, aseguran que los posibles problemas de contaminación en utensilios se disipen.