Aumentan las reclamaciones por alimentos defectuosos o en mal estado

Este 2016 se va a cerrar como uno de los años en los que más reclamaciones a consumo se han realizado debido a alimentos defectuosos o en mal estado. Gran parte de este ascenso numérico viene dado por las noticias sobre las estafas que algunas compañías realizaban a través de sus productos vendiendo hamburguesas de ternera siendo, en realidad, de potro, y otras estafas alimentarias que han copado las portadas de periódicos estos últimos años.

Sin embargo, según las mismas estadísticas que alertan sobre la cantidad de reclamaciones a consumo de este año que va a terminar en menos de un mes, la mayoría de estas reclamaciones por alimentos defectuosos o en mal estado no suponían ningún peligro contra la salud pública.

El problema es que la mayoría de nosotros, cuando vemos algo que no es del todo higiénico en un bar o abrimos un producto en casa recién comprado y comprobamos que está en mal estado no hacemos absolutamente nada: tiramos el producto a la papelera y se acabó el problema. Eso es mucho más sencillo que tener que acudir con el producto al establecimiento donde lo hemos comprado para poner una reclamación y que nos devuelvan el dinero, aunque sería lo más correcto, y no por lo que hayamos perdido económicamente, que no suele ser mucho, sino porque así podemos alertar sobre una hornada defectuosa de alimentos. Debemos tener en cuenta que, a veces, el nuestro no es un caso aislado y son muchos los productos que han llegado hasta los supermercados, ese mismo día, que sufren un problema similar y, si no se da la voz de alarma, pasará desapercibido.

Por otro lado hay que recordar que no hay necesidad de ponernos nerviosos ya que, en la mayoría de ocasiones, el mal estado de un producto no conlleva ningún daño a nuestra salud, como mucho una gastroenteritis y poco más. Ahora bien, ¿eso significa que hemos de dejar de reclamar? Ni mucho menos. Sólo con las reclamaciones a consumo se consiguen cambiar ciertas cosas. Debemos recordar que es nuestro derecho poder hacerlo y, moralmente, debemos ejercerlo. En reclamacionesconsumo.es podrán ayudarnos en caso de tener alguna duda sobre cómo actuar.

Estafas alimentarias escandalosas

Debemos tener en cuenta que gracias a las reclamaciones de algunos clientes se han detectado estafas alimentarias realmente importantes. Algunas de las más escandalosas claman al cielo.

El pasado mayo unos periodistas filmaron a trabajadores de una cafetería Starbucks en Hong Kong preparando café con agua de los lavabos de un garaje. Los representantes de Starbucks se justificaron asegurando que los empleados de la cafetería filtraban el agua antes de utilizarla.

En 2004 Coca Cola lanzó al mercado británico una nueva marca de agua embotellada bajo el nombre de Dasani. La agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido descubrió en esa agua un alto contenido de elementos cancerígenos. Todos los productos de la marca fueron retirados del mercado.

En los últimos meses, autoridades sanitarias de varios países encontraron calle de caballo en hamburguesas, lasañas, albóndigas y otros productos congelados. Los productos se vendían en Eslovaquia, la República Checa, Francia, Portugal, Holanda y España entre otros. Fue todo un escándalo. Gran parte de la carne fue detectada en productos de los restaurantes de la cadena Ikea de varios países.

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