El fútbol, valores para los más pequeños

 El deporte transmite unos valores muy positivos. En mi caso, como padre, siempre he querido que mi hijo jugase al fútbol. El pensamiento de ver a mi pequeño en un futuro como jugador profesional me encantaría, pero realmente, es algo muy complicado y no es un camino fácil.

Por lo que me interesa es porque a un niño el jugar en un equipo le “despierta” y es de gran utilidad para su vida futura. Todos sabemos una vez mayores de lo importante que es crecer y saber trabajar en equipo, ponernos en el lugar de los otros, ser solidarios, etc.

Son una serie de valores que tienen gran utilidad. Ser un buen estudiante, pero después no saber adaptarte o congeniar con nadie, te hace ser un bicho raro, algo que quería evitar a toda costa, quizás porque cuando iba a clase veía a ese tipo de chicos y sé muy bien lo que sufriría si a mi hijo le ocurriese algo así.

Mi intención era que jugase en un equipo majo, pero luego vas a las pruebas y ves un mamoneo majo. Aunque sea el club de tus amores como a mí me pasaba con el Valencia, me di cuenta que lo mejor es que jugase en un equipo de barrio y luego si le iba mejor ya se presentaría a las pruebas de otro equipo mejor o lo que él quisiera.

Mi hijo me dijo su profesora de gimnasia que era realmente rápido corriendo, por lo que en ese aspecto tenía una buena ventaja. En el fútbol once, el físico importa y mucho, por lo que, aunque con los pies tenía calidad, quizás le hubieran admitido, aunque no fuera un dechado de técnica.

La temporada la pasó genial, toda con unas zapatillas que para ser sincero eran de las más baratas que había. A final de temporada estaban ya pidiendo un cambio y su equipo, con gran participación de él que marcó 65 goles, terminó clasificándose para un torneo de toda la Comunidad Valenciana.

Había muchos ojeadores en el campo

Ese torneo estaba lleno de ojeadores, no solo del Valencia o Levante, también del Villarreal, Elche, Hércules y algunos más. Como antes decía, para mí no era esto tan importante, pero el niño oía a otros chavales y quería ir con un buen equipamiento.

Opté por mirar en Internet que había y di con una tienda que me recomendó el padre de un compañero de clase de mi hijo Samuel, marianssport. La tienda tenía muy buena pinta y además las zapatillas parecían todas de buena calidad, por lo que al día siguiente le senté conmigo al ordenador y compramos unas Adidas bien bonitas a juego con unas espinilleras nuevas de la misma marca.

El torneo salió mejor y el próximo verano entrenará en las categorías inferiores del Levante, ¿mereció la pena gastarse un buen dinero en las botas? Pues francamente no lo sé, pero supongo que él fue más contento y confiado.

Lo que de verdad es para alegrarse, es que mi hijo, después de estar en equipo de fútbol, es mejor niño, ha ido despertando, algo que le va a venir muy bien, pues los niños ahora están quizás demasiado protegidos por los padres.

En una charla que nos dieron en el Levante, hablaron de que el fútbol ha perdido en estas categorías un poco de la magia que tenía el fútbol de calle con los amigos. Aquel fútbol de quedarse hasta las tantas ha ido desapareciendo y ahora los jugadores, tienen técnica, pero no ese hambre que antes tenían. Tampoco son tan despiertos y es que la calle curte.

Podría daros más razones por las que apuntar a vuestro hijo al fútbol, pero creo que cualquier deporte, tanto si es individual como si es en equipo es beneficioso para su crecimiento como persona. Al final los padres nos desvivimos por los hijos, pero corremos el riesgo de no dejarles experimentar y que se caigan.

La tecnología es buena, pero nuestros pequeños deben aprender a salir de su habitación y ver el mundo real, ese en el que compiten por un partido, por sacar buenas notas y con el tiempo por un puesto de trabajo. Así que ya sabes, deporte, por salud y por la vida de tu pequeño.

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