En España, es típica la vida en comunidades de vecinos. Ya sea en pueblos o en ciudades, lo cierto es que esta fisionomía de vida ha ido caracterizando a la sociedad española con el paso de los años y ya se ha convertido en un modelo que siguen millones de personas en todo el país. Desde luego, resulta evidente que esta es una de las formas de vida a la que nos hemos acostumbrado y que no deja indiferente a nadie. Desde que el negocio de la construcción empezara a edificar su ‘boom’ a mediados del siglo pasado, no han parado de crecer las comunidades de vecinos que se han ido constituyendo.
Una cosa es evidente: la edificación de este tipo de inmuebles ha generado mucho trabajo. Y es que no es lo mismo construir una simple vivienda que un edificio de estas características, sobre todo si es de varias plantas, como ocurre en todas y cada una de las grandes ciudades del país. La verdad es que los tiempos para acabar trabajos como estos son bastante más grandes, el personal que se requiere es mayor y más cualificado y la cantidad de materiales que hay que usar para hacer frente a la obra, como es lógico, no tiene nada que ver con la que se usa a la hora de construir una casa.
La construcción de inmuebles para comunidades de vecinos ha sido una constante durante muchos años y, en parte, explica la buena salud de la que ha gozado el sector durante tantos y tantos años. Una noticia que fue publicada este mismo año en la página web del diario La Vanguardia aseguraba que la producción en el sector de la construcción español había crecido un nada despreciable 4’7% hasta alcanzar un montante total de 129.900 millones de euros de facturación, algo que pone de manifiesto que el sector ha abandonado la crisis económica que tantos problemas dio desde el año 2008 hasta el 2016.
Se trata de un sector que viene creciendo desde entonces y que todavía tiene margen de mejora. Una noticia que fue publicada en el portal web Murcia Economía indicaba que el negocio de la construcción creció un 8’4% (más de lo que creció en 2019) en el año 2018, momento en el que alcanzó una facturación total de 124.000 millones de euros. Lo cierto es que este es un negocio que ha vuelto a resurgir de sus cenizas y que todavía tiene mucho que decir en lo que respecta al PIB de la economía española.
La construcción de un bloque de edificios genera una cantidad de trabajo increíble que es necesario poner en valor. Como ya hemos apuntado más de una vez, no es lo mismo una obra como esta que la de una casa. La cantidad de personas y de materiales que hay que mover para que se pueda llevar a efecto esta obra es brutal y para eso un buen sistema logístico es fundamental. Los profesionales de una entidad como Cargolink, especializados en el transporte de mercancías, nos han comentado que ha crecido la demanda de transporte de materiales para la edificación de nuevas comunidades de vecinos en nuestro país.
Las grandes ciudades y la costa siguen abanderando estas obras
Pensar en este tipo de proyectos es sinónimo de referirnos a grandes urbes de nuestro país. Es probable que las primeras en las que hayamos pensado sean Madrid y Barcelona. Pero lo cierto es que este tipo de ciudades no son las únicas en las que el tipo de trabajos de los que os hemos hablado son habituales. Diferentes zonas de la costa mediterránea, por ejemplo, también presentan características como a las que estamos haciendo referencia a lo largo de este artículo.
De hecho, es importante tener en cuenta la relación que existe entre los dos máximos negocios de este país, el turismo y la construcción. Cuando crece el primero en un lugar determinado, de manera automática lo hace el segundo. Y eso genera una buena cantidad de beneficios para las dos actividades, que son siempre socias y que hacen que la economía española, en líneas generales, salga hacia delante. Si sumamos las aportaciones de los dos sectores, nos damos cuenta de la importancia que tienen y de la cantidad de gente que se beneficia de que en ellos haya un volumen de trabajo interesante.
Estamos convencidos de que ambas actividades van a seguir siendo un foco de trabajo y de beneficios en un país como el nuestro. Hay que tener en cuenta que, aunque ya no haga falta construir tantos edificios nuevos, ya va siendo necesario rehabilitar los que ya existen para que sean más seguros. Y eso también requiere de mucho trabajo, de muchos materiales y de una gran dedicación. Así que el negocio de la construcción tiene todavía mucho futuro en nuestro país. De hecho, se encuentra en uno de sus mejores momentos y tiene un considerable margen de mejora que conviene no perder de vista.