Resulta bastante indignante escuchar hablar a alguien sobre lo peligrosas que resultan algunas razas de perros cuando eres amante de los animales y eres consciente de que los peligrosos son los dueños y no ellos. Para empezar, la mitad de las razas que conocemos hoy en día son producto del cruce y del experimento del ser humano, y es precisamente por culpa de esos cruces, a veces imposibles, por lo que hoy en día tenemos razas catalogadas como “potencialmente peligrosas” o razas con ciertos “hándicaps”.
¿De verdad creéis que el pastor alemán nació con la cadera trasera más baja que el resto del cuerpo? Por supuesto que no, son los cruces que hemos hecho nosotros, los humanos, los que han llevado a la raza a tener ese defecto.
O los conocidos perros de diseño, una moda bien conocida en Estados Unidos y Reino Unido y que cada vez se va extendiendo más en España. Se trata de cruces de razas “puras” con el objetivo de crear una nueva raza con algunas características de las primeras. En otras palabras: diseñamos perros bonitos. Algunos de los perros de diseño más populares en EE.UU. son el Pomsky (Pomerania y Husky Siberiano), Puggle (Beagle y Carlino) o el Pug Terrier (Carlino con Jack Russel Terrier).
Estamos jugando a ser dioses y eso no es justo para nadie, ni siquiera para nosotros mismos porque creamos razas como el American Bully y luego debemos enfrentarnos a las consecuencias de dicha creación que mezcla razas como American Staffordfhire Terrier, Bulldog Inglés, Old English Bulldogge, Bulldog Americano y Bulldog Francés. Cinco perros en uno, una mezcla que ha dado lugar a uno de los perros considerados más peligrosos del mundo debido a sus fuertes y grandes mandíbulas y a su robusto cuerpo. Eso ha hecho que este animal sea prohibido en muchos países y todo lo hemos provocado nosotros, aunque en realidad el animal no sea más peligroso que cualquier otro.
Vecinos con Miedo
El problema de este tipo de perro es que suele provocar una sensación intimidatoria a pesar de que sea un perro bastante manso. Y eso fue precisamente lo que provocó que mis vecinos del piso de arriba convocaran una reunión comunitaria de urgencia con todos los propietarios para intentar conseguir firmas con el objetivo de pedirle a mi vecina de la izquierda que se deshiciera de su perro. Un perro bueno, cariñoso, que cada vez que ve a mi hija se lanza a por ella para que le toque y juegue con él, un amor de perro que por culpa de tanto cruce provoca miedo.
La joven me contó que compró el animal en Rocabull, una empresa de cría y selección de cachorros, que siempre había adorado el carácter de ese animal y que por eso llevaba tiempo intentando ser la “mami humana” de uno. Y ahora ¿quieren que se deshaga de él sólo porque no les gusta su apariencia? ¡Es culpa nuestra que no nos guste su aspecto y yo no pienso participar en un acto que me recuerda demasiado al Bullying!.
Los más antiguos de mundo
He estado investigando un poco al respecto y he descubierto que hay unas cuantas razas que permanecen intactas desde tiempos inmemoriales, sin cruces ni experimentos científicos:
- El Perro Carolina. Fue descubierto en los años setenta viviendo una vida apartada y solitaria en el sureste de Estados Unidos. Su comportamiento es más parecido al de los perros salvajes que al de los perros ferales. Ahora es reconocido como una raza pura aunque aparentemente recuerde mucho a los típicos perros callejeros que vemos en todas partes (y que yo adoro).
- Dingo Australiano. El Dingo “puro” de hoy está en peligro de desaparecer debido a tanto entrecruce con otras razas de perros domésticos modernos, pero aún quedan ejemplares en libertad en Australia.
- Basenji. Conocido como “el perro que no ladra”. Una de las razas más antiguas de perros originaria de algunas áreas del Congo, en África. Ha sido representado en tumbas egipcias.
- Xoloitzcuintle. Un perro sin pelo extremadamente antiguo que tiene sus orígenes en México, donde ha perdurado por más de tres mil años. La raza casi se extingue con la llegada de los conquistadores españoles, pero logró sobrevivir en áreas rurales.
- Perro Indio Norteamericano. Bastante menos salvaje pero igual de antiguo que el perro Carolina, esta raza se usaba para una multitud de tareas, desde cuidar y cazar hasta tirar de trineos. Fue un compañero trabajador de los indígenas por miles de años. Es el perro más parecido al lobo que existe a día de hoy, recuerda un poco al Husky Siberiano.
- Moloso. Un perro mencionado por escritores clásicos como Aristóteles que se puede encontrar dibujado en vasijas datadas del año 3000 antes de Cristo. La raza podía ser encontrada en toda Grecia y aún hay varios de ellos en este país.
- Perro Cantos de Nueva Guinea. Es un perro que, como el Dingo, son más salvajes que ferales. Se cree que está extinto en libertad, pero existen algunos ejemplares en cautiverio como parte de un esfuerzo de conservación.
Es curioso comprobar cómo son los perros que han permanecido más tiempo en libertad los que aún no han sido adulterados por los humanos. Es como si todo lo que tocásemos acabásemos por destrozarlo intentando buscar la mejoría, algo que si es necesario ya hace la naturaleza por nosotros, no necesita nuestra ayuda.
Perros Potencialmente Peligrosos
En España, los perros potencialmente peligrosos por normativa son aquellos que:
- Han tenido episodios de agresiones a personas o le han causado la muerte a otros perros.
- Han sido adiestrados para el ataque y la defensa.
- Pertenecen a una de las siguientes razas o a sus cruces o híbridos: American Staffordshire Terries, Bullmastiff, Dóberman, Dogo Argentino, Dogo de Burdeos, Fila Brasileiro, Mastín Napolitano, Bull Terrier, Pit Bull Terrier, American Pit Bull Terrier, de Presa Canario, Rottweilwe, Staffordshire Terrier y Tosa Japonés.
Estos perros deben estar registrados en el censo de canes potencialmente peligrosos que se establece en las alcaldías de las diferentes ciudades, para obtener un permiso. En ese registro debe constar necesariamente:
- Nombre del perro
- Identificación y lugar de ubicación de su propietario
- Una descripción que contemple las características fenotípicas del ejemplar que hagan posible su identificación.
- El lugar habitual de residencia del animal, con la especificación de si está destinado a convivir con los seres humanos o si será destinado a la guarda, protección u otra tarea específica.