Como recuperar la paz social en Cataluña

Llegados a este punto de la historia, parece mentira que no aprendamos de nuestros errores. Al final va a ser cierto el dicho de que el Ser Humano es el único animal que tropieza con la misma piedra dos veces, porque lo estamos haciendo con el tema de la independencia de Cataluña, y esto no es algo nuevo.

En lo que parece ser una pelea de gallos entre el Gobierno español y el catalán, la ciudadanía se hace una pregunta, ¿cuándo va a acabar todo esto? Es difícil de responder, ya que ambas partes están de acuerdo en no ponerse de acuerdo. Y esto no tiene una fácil interpretación, ya que la Ley es la Ley.

El antiguo Gobierno catalán quiso hacer algo fuera totalmente de la Ley y del Estado de Derecho, y eso no es algo admisible. El referéndum que realizaron era totalmente ilegal, y no tanto por los motivos políticos, sino por la manera en la que se utilizaron los datos de la gente que fue a votar. La Ley de Protección de Datos fue totalmente vulnerada, en un momento en el que la privacidad cobra un sentido remarcable.

El problema de todo esto no está solo en los datos, sino en la imagen que está recibiendo la sociedad. Y el problema son los mensajes que rompen con la paz social por parte del exgobierno catalán y los representantes de los partidos políticos secesionistas. Estos mensajes no cuentan la realidad como es, sino una realidad polarizada, que para muchos es real debido al gran lavado de cerebro al que se ha sometido a la sociedad catalana.

En este momento es cuando entra en juego la idea de la paz social, que se ha roto por completo debido a las diferentes opiniones que existen sobre la independencia, la extradición de Puigdemont, la insumisión de los Mosos de Esquadra o las frases incendiarias del diputado del Gobierno Gabriel Rufian.

¿Es posible la paz?

La respuesta no puede ser otra que sí, ya que pensar que no es posible que la sociedad viva en paz es algo bastante duro de asumir. Pensar que generaciones de personas se odien entre si por el sitio donde viven es tan incoherente como no permitir que la sociedad exprese su opinión de manera clara.

Parece que la idea de hacer un referéndum ilegal no es tan buena como nos han querido hacer ver, pero tampoco lo es la idea de no dejar hablar a la gente mediante un referéndum. Ojo, que no estamos apoyando salirse de la ley para hacer referéndums vinculantes a una posible secesión, ya que está claro que España sin Cataluña y Cataluña sin España es muy difícil de ver.

Quizá la solución para la paz social es acallar a los secesionistas a su manera, con un referéndum nacional en el que todos y cada uno de los españoles sean capaces de votar sobre un posible cambio en el Estatuto de Autonomía de Cataluña, pero esto es un arma de doble filo porque pronto todos querrían cambiar los estatutos de autonomía.

Para ir finalizando, no podemos olvidarnos de lo que une a Cataluña y España, y no es ni más ni menos que una cultura y un sentimiento que se ve en cada calle de la ciudad condal. Calles en las que se alberga el Hotel Boria BCN, un pequeño palacio del siglo XVIII ubicado en el centro de Barcelona, que acoge un aparta hotel con habitaciones espaciosos y apartamentos vacacionales tipo loft, totalmente reformados y con gran personalidad en pleno barrio de El Born.

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