Como empresa o particular que vive de ofrecer sus servicios o sus productos, no existe nada peor para tu negocio que un cliente que no paga. En estos casos, las cuentas empiezan a fallarnos y, en consecuencia, todo lo que viene detrás de eso empieza a apelotonarse. Porque, cuando es una sola persona la que nos debe dinero, no pasa nada (realmente sí que pasa, pero es una forma de minimizarlo). Sin embargo, cuando ya son más de uno… y, encima, de cifras exponenciales… la cosa empieza a preocuparnos.
Hoy, vamos a darte un recurso rápido y sencillo que es posible que desconozcas.
¿Qué es una reclamación de deudas?
Cuando existen clientes que nos deben dinero, entramos en pánico. No sabemos cómo actuar, a dónde ir o con quién hablar. Nos sentimos totalmente solos y desamparados, porque exigirle a una persona que pague puede resultar violento… y, de forma malentendida, puede darnos una mala imagen de empresa que puede tardar en irse.
Una reclamación de deudas no es más que una comunicación formal que se envía al deudor para solicitar el pago de una deuda pendiente, sea cual sea el importe de esta. Esta comunicación puede ser realizada por el acreedor o por un tercero autorizado, y suele incluir información detallada sobre la deuda, incluyendo el monto adeudado, la fecha de vencimiento, y cualquier interés o cargos adicionales que se hayan generado.
Este procedimiento tiene como objetivo principal informar al deudor de que existe una deuda pendiente y solicitar el pago inmediato o establecer un acuerdo de pago. Esta comunicación también puede incluir información sobre las consecuencias legales que podrían derivarse si la deuda no se paga en un plazo determinado.
Es importante que la reclamación de deudas sea clara y específica, y que contenga información precisa sobre la deuda y los plazos de pago. Además, es recomendable que se envíe por escrito y que se guarde una copia de la comunicación y de cualquier respuesta recibida.
En caso de que el cliente no nos haga caso y se niegue a darnos el importe de la deuda, tenemos otras opciones interesantes que detallo a continuación.
Cobrar las deudas por procedimiento legal o de manera amistosa
Los procedimientos legales judiciales para reclamar deudas puede ser una buena opción, pero tendríamos que incurrir en largos procesos legales que, seamos sinceros… a la larga pueden ser peor solución y mucho más caros que el importe misma de la deuda.
Otra opción viable es la de cobrar las deudas de manera amistosa. Sin embargo, esto también trae consigo unos enormes PEROS. Esto no es más que sentarse a hablar con el cliente y tratar de que, de forma totalmente amistosa, te pague el importa de la deuda. Si quieres que salga bien, permíteme darte unos pocos consejos previos. Has de tener en cuenta que Cobrar las deudas de manera amistosa es una práctica importante para mantener una buena relación con tus clientes y evitar conflictos. Aquí te presento algunos consejos que podrían ayudarte:
- Mantén una comunicación clara y respetuosa: Es importante que te comuniques con el deudor de manera clara y amable. Trata de entender su situación y explica con calma la importancia del pago. Sabemos que te debe dinero, pero, si le hablas de forma agresiva y contundente, va a ser menos probable todavía que te pague.
- Ofrece opciones de pago: Si el deudor está teniendo dificultades para pagar la deuda (que suele ser la razón principal por la que sucede esto), puedes ofrecer opciones de pago que se ajusten a su situación financiera. Por ejemplo, un plan de pagos en cuotas.
- Sé flexible: Si el deudor está haciendo esfuerzos por pagar y eres consciente de ello, sé flexible y trata de adaptarte a su situación. Esto puede ayudar a que se siente más motivado para saldar la deuda. Vale más mantener a un cliente que tarde en pagar, a perder varios clientes que podrían haberte pagado un par de meses más tarde.
- Sé persistente pero no agresivo: Es importante que sea persistente en el seguimiento de la deuda, pero sin llegar a ser agresivo. Recuerda que una actitud amistosa puede ser más efectiva que una confrontación.
- Documenta todo: Es importante que mantengas un registro de todas las comunicaciones y acuerdos que hagas con el deudor. Esto te permitirá tener un registro de la situación y proteger tus intereses en caso de que sea necesario.
Pero estos no son los únicos métodos que existen.
El procedimiento monitorio para la reclamación de deudas
Desde Trámites Fáciles Santander, vuyo equipo jurídico está especializado en esta materia de Derecho Civil así como en otras, nos explican que este procedimiento fue introducido en España en el año 2000 mediante la Ley de Enjuiciamiento Civil. Esta ley estableció una serie de medidas para simplificar los procedimientos judiciales y agilizar la resolución de los conflictos, entre ellas la creación del procedimiento monitorio.
Desde entonces, el procedimiento monitorio ha sido utilizado de manera frecuente en España para la reclamación de deudas de bajo valor económico. A través de este procedimiento, se ha logrado agilizar y simplificar la recuperación de deudas, reduciendo los tiempos y costes asociados a los procedimientos judiciales tradicionales.
En definitiva, el procedimiento monitorio es una herramienta importante para garantizar la protección de los derechos de los acreedores y la recuperación de deudas, así como para garantizar una mayor eficiencia en la administración de justicia.
Profundicemos un poco más
El procedimiento monitorio es un procedimiento judicial que permite a los acreedores reclamar deudas de forma rápida y sencilla sin necesidad de un juicio completo. Está diseñado para resolver conflictos civiles de bajo valor económico, es decir, para reclamaciones de deudas inferiores a 2.000 euros.
Comienza con la presentación de una demanda ante el juzgado de primera instancia correspondiente al domicilio del deudor. En esta demanda, el acreedor debe incluir una descripción detallada de la deuda y los documentos que la respalden. Además, se debe indicar el domicilio y los datos identificativos del deudor.
Una vez presentó la demanda, el juzgado la estudiará y, si todo está en orden, emitirá una orden de pago al deudor. Esta orden de pago se entregará en el domicilio del deudor y este tendrá un plazo de 20 días para pagar la deuda. Si el deudor no paga la deuda en ese plazo, se iniciará un proceso judicial mucho más completo.
Si el deudor no está de acuerdo con la deuda o considera que no debe pagarla, puede presentar una oposición a la orden de pago en un plazo de 20 días. En este caso, se iniciará un procedimiento judicial completo en el que se evaluarán las pruebas y se dictará sentencia.
Requisitos para iniciar un procedimiento monitorio
- Existencia de una deuda dineraria: El procedimiento monitorio está diseñado para reclamar el pago de deudas que estén cuantificadas en una cantidad de dinero, es decir, que sean deudas pecuniarias.
- Documento justificativo de la deuda: Es necesario contar con un documento que justifique la existencia de la deuda, como un contrato, una factura, un pagaré, una letra de cambio, entre otros. Este documento debe ser claro y detallado, y debe reflejar las condiciones de pago y el importe adeudado. Además, es importante que el documento esté firmado por el deudor o tenga su conformidad, de lo contrario, podría ser objeto de impugnación por parte del deudor.
- Requerimiento de pago: Antes de iniciar un procedimiento monitorio, es necesario haber requerido al deudor el pago de la deuda a través de un requerimiento de pago fehaciente. Este requerimiento puede ser enviado por correo certificado, por burofax, por medio de un acto de conciliación, entre otros. Es importante que este requerimiento contenga una descripción detallada de la deuda y que establezca un plazo para que el deudor realice el pago.
- Plazo de espera: Después de enviar el requerimiento de pago, se debe esperar un plazo establecido por la ley antes de poder iniciar el procedimiento monitorio. Este plazo varía según la legislación de cada país, pero por lo general suele ser de unos 20 días hábiles. Durante este plazo, el deudor puede realizar el pago de la deuda, y en caso de hacerlo, se evitará la continuación del procedimiento monitorio.
En algunos países, pueden existir otros requisitos adicionales para iniciar un procedimiento monitorio, por lo que siempre es recomendable consultar con un abogado especializado en derecho civil para obtener más información sobre los requisitos específicos en su país.
Beneficios del proceso monitorio
Para terminar, vamos a darte algunos beneficios de este proceso, por si te lo sigues pensando:
- Rapidez: Uno de los principales beneficios del procedimiento monitorio es que se trata de un procedimiento judicial rápido y sencillo, lo que permite que el acreedor pueda obtener el pago de la deuda de manera más ágil y eficiente.
- Bajo costo: En comparación con otros procedimientos judiciales, el proceso monitorio es relativamente económico, ya que no requiere de la intervención de abogados en todas las fases del proceso, lo que se traduce en un ahorro significativo de costes.
- Simplificación del proceso: Está diseñado para ser un procedimiento sencillo y accesible para cualquier persona que tenga una deuda impagada, lo que facilita el acceso a la justicia y evita la complejidad de otros procesos judiciales.
- Posibilidad de obtener una sentencia favorable: En caso de que el deudor no pague la deuda o no la impugne en el plazo establecido, el juez dictará una sentencia favorable al acreedor, lo que permitirá la ejecución de la deuda sin necesidad de otro proceso.